GARNIER, TE TENGO A PRUEBA.

Como seguramente ya se dieron cuenta los que leyeron mi post “S.O.S.¿A UNA FIESTA Y SIN PESTAÑAS?”, tengo unas pestañas estándar, ni muy largas ni muy cortas, ni muy gruesas ni tan delgadas, ni muchas ni pocas, pero si las tengo de “aguacero” como diría mi madre, asea que las tengo súper lacias y caídas. Así que mi objetivo al buscar una mascara de pestañas es encontrar una que me de soporte a la curvatura y para eso necesito una resistente al agua.

Además de que mis colores favoritos en labiales son los más intensos y la mayoría con acabado mate, sí,  los más difíciles de remover. En delineadores la mayor parte de las veces no tengo problemas, pero cuando uso el de gel siempre da más trabajo por estar en una zona delicada del ojo.

Aprovechando que en estos días tuve que ir a un supermercado en el que no acostumbro comprar, me di una vuelta por el departamento de farmacia y compre un desmaquillante que no había visto, el Clean Detox . Su precio es accesible ya que ronda los $90 y tiene 200ml.

Ya lo he probado con todas la mascaras de pestañas que tengo en uso y la verdad es que me tiene gratamente sorprendida, me ha retirado todo el maquillaje aun a prueba de agua y también lo logro con la mascara 3D de Younique. También logro quitar los bordes que dejan los labiales al final del día y el delineador  lo remueve sin problema.

Obviamente las bases de maquillaje y correctores los remueve sin problema alguno, sólo que el aroma no es de mi total agrado, pero ese punto lo compensa con la agradable textura que deja en la piel del rostro después de usarlo, algo muy similar al desmaquillante de Mary Kay, pero $100 más barato y con casi el doble del producto.  La desventaja es que si tienes que empapar muy bien el circulito de algodón para que se remueva sin frotar como promete.

La verdad es que este desmaquillante pasó la prueba con honores y es el que viaja conmigo cuando salgo, ya que si lo dejo en algún lado no me duele tanto el “codo”.